El conocimiento cobra vida cuando se comparte. En este blog reunimos ideas, aprendizajes y procesos que inspiran nuestro trabajo cotidiano. Reflexionamos sobre creatividad, comunicación, saberes y territorios, con el deseo de abrir conversaciones y ampliar miradas. Aquí cultivamos lo que nos mueve y lo compartimos con la ilusión de que pueda también movilizar a otros y otras.
En septiembre, la bandera se multiplica. Aparece en los anuncios y los pasillos del supermercado, en los envases de todo tipo de productos que ahora están “a precio dieciochero”. No es solo un símbolo patrio: es el logo de una fecha comercial.
La letra B nos invita a pensar en lo básico, en lo que está en la base de nuestro trabajo, pero también en aquello que bombea, bordea y borda. En Ajolote no solo producimos piezas: nos preguntamos para qué y para quién comunicamos. Ese ejercicio constante de reflexión nos ha llevado a articular ideas desde múltiples lenguajes: científicos, artísticos, digitales, visuales, orales.
¿Por qué cuesta tanto comunicar lo que sabemos fuera del mundo académico, incluso cuando ese saber busca transformar realidades? El momento en que una investigadora o un equipo interdisciplinario decide contarle al mundo lo que ha descubierto puede ser desafiante: las ideas no fluyen, el lenguaje se enreda, el mensaje no llega.
En 2020, el encierro por la pandemia de COVID-19 planteó un desafío invisible: ¿cómo mantener la salud física y mental de las personas mayores cuando el movimiento se detuvo? La inactividad física era un riesgo silencioso que necesitaba una respuesta urgente y accesible.
La comunicación inclusiva es un conjunto de prácticas —en el lenguaje oral, escrito y visual— que busca visibilizar y nombrar a todas las personas, evitando exclusiones o estereotipos. No se limita a evitar términos peyorativos, sino que propone diseñar mensajes, interfaces y entornos que reconozcan la diversidad de géneros, capacidades, edades, orígenes y contextos culturales.
No seguimos un mapa cerrado ni avanzamos con brújula fija. Vamos a la deriva. Pero no es una deriva sin rumbo, sino una forma de desplazarnos con escucha, con tacto, con intuición. Así se ha ido transformando Ajolote desde sus inicios: no por ruptura ni salto, sino por contacto constante con aquello que nos rodea y atraviesa.
El pasado lunes 28 de julio, el Aula Magna de la Universidad Alberto Hurtado se llenó de conversaciones, memorias y aprendizajes compartidos durante el conversatorio “Las voces de Raíces Indígenas”, una jornada que reunió a las personas mayores protagonistas de la serie documental, al equipo del proyecto Vejez Indígena, a estudiantes, académicos y asistentes de diversas edades y territorios.
En septiembre, la bandera se multiplica. Aparece en los anuncios y los pasillos del supermercado, en los envases de todo tipo de productos que ahora están “a precio dieciochero”. No es solo un símbolo patrio: es el logo de una fecha comercial.
La letra B nos invita a pensar en lo básico, en lo que está en la base de nuestro trabajo, pero también en aquello que bombea, bordea y borda. En Ajolote no solo producimos piezas: nos preguntamos para qué y para quién comunicamos. Ese ejercicio constante de reflexión nos ha llevado a articular ideas desde múltiples lenguajes: científicos, artísticos, digitales, visuales, orales.
¿Por qué cuesta tanto comunicar lo que sabemos fuera del mundo académico, incluso cuando ese saber busca transformar realidades? El momento en que una investigadora o un equipo interdisciplinario decide contarle al mundo lo que ha descubierto puede ser desafiante: las ideas no fluyen, el lenguaje se enreda, el mensaje no llega.
En 2020, el encierro por la pandemia de COVID-19 planteó un desafío invisible: ¿cómo mantener la salud física y mental de las personas mayores cuando el movimiento se detuvo? La inactividad física era un riesgo silencioso que necesitaba una respuesta urgente y accesible.
La comunicación inclusiva es un conjunto de prácticas —en el lenguaje oral, escrito y visual— que busca visibilizar y nombrar a todas las personas, evitando exclusiones o estereotipos. No se limita a evitar términos peyorativos, sino que propone diseñar mensajes, interfaces y entornos que reconozcan la diversidad de géneros, capacidades, edades, orígenes y contextos culturales.
El pasado lunes 28 de julio, el Aula Magna de la Universidad Alberto Hurtado se llenó de conversaciones, memorias y aprendizajes compartidos durante el conversatorio “Las voces de Raíces Indígenas”, una jornada que reunió a las personas mayores protagonistas de la serie documental, al equipo del proyecto Vejez Indígena, a estudiantes, académicos y asistentes de diversas edades y territorios.
Diez palabras que dicen mucho de quiénes somos y cómo comunicamos el conocimiento. En Estudio Ajolote trabajamos con ideas que importan. Nos dedicamos a transformar saberes en relatos visuales, digitales y narrativos que conecten con las personas. Pero a lo largo de este camino, nos hemos dado cuenta de algo: muchas de las palabras que usamos a diario —en reuniones, correos, guiones o presentaciones— no siempre son claras para todo el mundo.
Es 1972 y The Mike Douglas Show transmite un programa especial: John Lennon se prepara para tocar junto a su ídolo Chuck Berry frente a millones de personas que los miran por televisión. Pero no están solos, los acompañan los músicos de la banda Elephant´s Memory y también está Yoko Ono, que para esa altura ya es la sombra inseparable de John.
En 2020, el encierro por la pandemia de COVID-19 planteó un desafío invisible: ¿cómo mantener la salud física y mental de las personas mayores cuando el movimiento se detuvo? La inactividad física era un riesgo silencioso que necesitaba una respuesta urgente y accesible.
El 1 de abril de este año, la Red G9 de Universidades Públicas no Estatales lanzó una nueva campaña audiovisual en sus redes sociales, con el objetivo de dar a conocer el despliegue territorial de las universidades que conforman la Red.
Uno de los factores más importantes a la hora de crear videos para redes sociales son los subtítulos, ya que no solo brindan accesibilidad a nuestros contenidos, sino que además atraen mayor atención.
El consumo de videos en internet y redes sociales se expande a gran velocidad, siendo el tipo de contenido preferido tanto por las grandes marcas como por los usuarios a la hora de interactuar.