La letra B nos invita a pensar en lo básico, en lo que está en la base de nuestro trabajo, pero también en aquello que bombea, bordea y borda. En Ajolote no solo producimos piezas: nos preguntamos para qué y para quién comunicamos. Ese ejercicio constante de reflexión nos ha llevado a articular ideas desde múltiples lenguajes: científicos, artísticos, digitales, visuales, orales.
Esta serie de glosarios nace desde ahí. Como una manera de abrir nuestro vocabulario, de invitar a la comprensión compartida, y de mostrar que cada palabra que usamos —aunque parezca técnica, cotidiana o abstracta— tiene un lugar y un sentido en lo que hacemos.
Para nosotros, cada proyecto es un viaje. Y como todo viaje, necesita ser registrado. Por eso hablamos de bitácora: para no olvidar las ideas, los cambios, las intuiciones, los errores y los hallazgos que van marcando el camino.
En Ajolote, muchas veces comunicamos con las manos, como en Salvadores del tiempo. Lo narrativo no es solo escrito o hablado: también puede ser bordado, ilustrado, tejido. Nos interesan los lenguajes sensibles, los detalles, las capas. Lo visual como un acto cuidadoso.
La brecha entre el conocimiento y la gente. Entre lo técnico y lo sensible. Entre quien sabe y quien necesita e incluso anhela saber. Todo lo que hacemos busca tender puentes sobre esas brechas, con empatía y diseño narrativo.
No suena poético, pero lo es. Una base de datos bien construida puede contar historias, mostrar patrones, revelar preguntas. Nos encanta cuando la información cruda se convierte en relato y puede ser compartida.
Porque muchos de los proyectos que comunicamos hablan de ella, pero también porque creemos en la biodiversidad de formatos, de ideas, de voces. Nuestra práctica es diversa, híbrida, abierta a la complejidad del mundo.
Todo parte de un boceto, un guion suelto, una reunión en bruto. El borrador no es un error, es un comienzo. Valoramos los procesos inacabados, los espacios para dudar, tachar, volver a escribir.
Nos inspiran las bibliotecas. No solo por los libros, sino por la idea de archivo público, de acceso abierto, de saberes acumulados. Parte de nuestra misión es precisamente amplificar y volver accesible ese conocimiento que habita en instituciones, papers, documentos y experiencias.
Cuando trabajamos identidad visual, no solo hablamos de diseño: hablamos de relato. Branding, para Ajolote, es contar una historia que se pueda reconocer, recordar y sentir. Con coherencia estética, pero también con sentido.
Las barreras no siempre se ven. A veces son palabras difíciles, formatos excluyentes, o falta de contexto. Nos entrenamos para reconocerlas y proponer otras formas de contar que inviten, no que alejen.
Sí, también es parte de nuestro glosario. Trabajar desde la amabilidad, el respeto y la escucha es clave para que los procesos creativos sean sostenibles. No solo entregamos resultados: cultivamos relaciones.
En esta letra B nos encontramos con la base de muchas cosas: de los vínculos, de los procesos, de los sentidos. Comunicamos para achicar brechas, desarmar barreras y bordar historias en común. Y si algo tenemos claro en Ajolote, es que lo importante no es solo lo que se entrega, sino cómo se construye. Porque entre bibliotecas, bitácoras y borradores, lo que realmente buscamos es construir espacios donde el conocimiento se comparta con cuidado, con belleza y con buen trato.
¿Te hizo sentido alguna de estas palabras con B? ¿Tienes otras en mente que definan tu forma de comunicar o crear?
Este glosario es abierto y vivo: lo construimos juntes.
Pronto seguimos con la C. Mientras tanto, comparte esta nota con quien creas que también borda conocimiento con propósito.