6
de
October
de
2025
Por
Estudio Ajolote
Lectura de 
3 min.
Ajolote

Octubre: la transformación va tomando cuerpo

Ilustración de un ajolote en un río que fluye por un paisaje verde, al fondo viéndose la cordillera y un platillo volador morado.

Hay momentos en que la transformación deja de ser solo intuición y empieza a volverse materia. Después de meses de mutar por dentro —revisando relatos, afinando el rumbo, escuchando con atención—, sentimos que este octubre es un punto de inflexión: las ideas que veníamos gestando están tomando forma concreta.

Durante julio iniciamos este relato hablando de nuestra deriva: una manera de avanzar sin mapa cerrado, atentos a los signos del entorno. En agosto y septiembre compartimos cómo esa deriva se fue transformando en identidad: en un lenguaje más propio, en una claridad sobre quiénes somos y hacia dónde queremos ir. Hoy, llegamos a un momento distinto: el de sostener esa visión en proyectos reales, grandes y desafiantes, que dialogan directamente con la esencia de Ajolote.

Proyectos que encarnan nuestro relato

En estas semanas hemos comenzado a trabajar en iniciativas que representan exactamente la clase de comunicación que queremos impulsar: proyectos que conectan saberes con creatividad, que nacen desde lo académico o territorial y se expanden a través del diseño, la narrativa y lo audiovisual.

Cada uno de ellos es una pieza de este nuevo ciclo: una confirmación de que nuestra mutación no es solo estética o discursiva, sino estructural. Estamos consolidando una manera de hacer comunicación que es propia, tejida desde nuestra sensibilidad y experiencia.

Entre presente y proyección

Esta etapa también trae consigo una sensación de horizonte. Mientras nos concentramos en concretar estos proyectos, empezamos a proyectar con más claridad el futuro de Ajolote: nuevas alianzas, nuevas campañas y formas de llegar a quienes necesitan este tipo de comunicación. Es un momento de trabajo intenso, pero también de mucha convicción: sabemos que el camino que elegimos es fértil.

El ajolote sigue nadando

Como esa criatura que inspira nuestro nombre, seguimos habitando el cambio sin miedo. No se trata de “cerrar” un proceso de transformación, sino de aprender a vivir en él con más conciencia, dejando que nuestras acciones encarnen nuestras ideas.

Octubre llega así como un mes bisagra: entre el relato que fuimos tejiendo y la materialización de ese relato en el mundo. 

Nos seguimos moviendo.
Nos seguimos transformando.
Nos seguimos encontrando.

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